La Vega y Pinto Salinas señalan el camino: Ante el incremento de muertes violentas a manos del hampa, sus habitantes han optado por convertir el duelo privado en protesta públicaCuando el hampa asesina a un transportista eso provoca de inmediato un paro del servicio. Cuando el crimen arrebata la vida a un efectivo policial o militar ocurren luego "redadas", en las que suelen caer inocentes y pecadores. Cuando la víctima de la inseguridad es un artista, como Yannis Chimaras, o un periodista, como Javier García, la noticia retumba durante días recordando los principales atributos de esas vidas, productivas y meritorias.
Pero cuando la víctima es un vecino del barrio no hay "Hora cero", ni operativo de represalia, ni públicas manifestaciones de pesar. Sólo hay dolor familiar. Dolor cuando la noticia llega, convertida en grito que vuela tras el balazo. Dolor al esperar cuatro, doce, hasta 24 horas, para que aparezca la furgoneta forense a realizar el levantamiento del cadáver. Dolor en la espera interminable a las puertas de la Morgue, hasta que entreguen el cuerpo sin vida del ser querido. Dolor sobre todo cuando el ministro estúpido o el jefe policial incompetente injurian cobardemente la memoria del caído, acusando de delincuentes a personas trabajadoras que -precisamente por serlo- se convirtieron en víctimas de los criminales.
Hemos dicho innumerables veces que tenemos que pasar del duelo privado a la protesta pública, del dolor particular a la movilización social. El Estado tiene la obligación indelegable de proteger la vida de los ciudadanos. Y la única forma en que el pueblo puede obligar al Estado a que cumpla con sus obligaciones es movilizándose con contundencia, pacíficamente y en el marco de la ley. Pues bien: Ya ha empezado a ocurrir. El lunes 16 a las 9 de la noche, Elizabeth Parra, de 17 años de edad, se dirigía a su vivienda ubicada en el sector "La J" en Los Mangos de La Vega. Nunca llegó. Un criminal -presumiblemente autor de cinco violaciones anteriores- la interceptó, la violó y la mató. Apenas se supo, los vecinos se movilizaron. Estuvieron toda la noche quemando el matorral en que se ocultaba el violador y asesino, y al día siguiente tomaron la vía pública.
La protesta estuvo encendida todo el martes, hasta que representantes oficiales llegaron al lugar a comprometerse con la comunidad en materia de alumbrado público y vigilancia policial Ese mismo martes 17, Oswaldo José Mijares Aguilar -de 16 años de edad- fue asesinado de un balazo cuando a las 10:30 de la noche acompañaba a su hermanito de 14 años de regreso a su hogar, en Pinto Salinas. Una vez más, el dolor familiar -en vez de convertirse en resignación privada- se transformó en llamarada de protesta popular. Centenares de vecinos salieron el miércoles a tomar la calle, para dejar en claro que nunca más un asesinato en el barrio seria cubierto con el manto del silencio.
Ejercer el derecho a la protesta
La protesta no nos devolverá a Oswaldo ni a Elizabeth. Pero allí está la grandeza de nuestro pueblo: Quienes se movilizan no solo lo hacen para lamentar su pérdida particular. Lo hacen también para encender un alerta y para defender la vida de tantos Oswaldo, de tantas Elizabeth que aun tienen la posibilidad y el derecho de convertirse en hombres y mujeres útiles a si mismos, a sus familias y a su país, sin que ninguna bala criminal venga a evitarlo.
El hampa asesina gente, ese es su macabro rol. El Gobierno da ruedas de prensa e inventa "planes de seguridad" que duran lo que dura un escándalo, a eso se ha limitado. Pero nosotros, el pueblo, ahora tenemos claro nuestro papel: Antes llorábamos en silencio, y asumíamos la ferocidad del hampa y la incompetencia del Gobierno como una especie de desgracia natural, como un terremoto o una inundación. Ahora ejercemos el derecho de rebelarnos ante la criminal violencia de los hampones y ante la no menos criminal incompetencia de los burócratas.
En lo barrios empezamos a cambiar la resignación por la protesta. Si la vida es lo que tenemos que defender, la lucha es el camino.
HABLA LA GENTE:
En Mariches:
Apolo 8 exige respuesta al nuevo ministro de Vivienda
Este Gobierno ha tenido tres ministros de vivienda en menos de seis meses, producto del desorden en el alto Gobierno que a su vez genera desorden en las comunidades. El desorden promueve (y ampara) la ineficiencia y la corrupción. Y corrupción e ineficiencia es lo que vienen denunciando los habitantes del Barrio Apolo 8, en Fila de Mariches, donde un Comité de Tierras Urbanas "ejecutó" siete millardos de bolívares en un programa de sustitución de ranchos por viviendas, sin resolver los problemas fundamentales del sector. Rosa Pérez, madre de tres hijos a la que le tumbaron su casa para no construirle nada, recuerda al nuevo ministro: "Esperamos respuestas, queremos solución, exigimos nuestras casas".
En Plan de Manzano:
¿Dónde están los reales del barrio 19 de Abril?
El 19 de Abril está en la carretera vieja de La Guaira, a la altura del nuevo Viaducto Nro. 1. Allí el Gobierno realizó un plan de "sustitución de rancho por vivienda" , pero muchas casas siguen en situación de riesgo y muchas familias siguen sin solución. La ex ministra Edith Gómez aceptó una invitación que la comunidad le hizo a través del Radar de los Barrios, se reunió con la gente y les prometió determinar el destino de unos recursos que fueron "bajados" pero que nunca llegaron. Antes de poder cumplir su promesa, la ministra fue destituida. William Pérez, de la comunidad del 19 de Abril, exige al nuevo ministro respuesta clara a una antigua pregunta: "¿Dónde están los reales?".
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